Furiosa: la tentadora ilusión de vivir en un mundo dieselpunk

Los épicos combates en el desierto de la saga de Mad Max nos crean la ilusión de que el fin del mundo será emocionante. Spoiler alert: todo apunta a que será lento y aburrido.

William Turner M.
3 min readMay 29, 2024

Un reporte de última hora alerta sobre un aparente cataclismo: falta agua, comida y el clima posa un inclemente calor sobre la población.

No, no es un noticiario hablando de la más reciente ola de calor en México, es el inicio de Furiosa, la nueva entrega de George Miller sobre el universo de Mad Max. Y es que la trama de esta precuela nos revela un poco de la expiración del orden como lo conocemos y el inicio de la era de la escasez.

Desde la primera entrega de Mad Max de 1979, sabemos que la historia nos presenta un futuro catastrófico en el que la humanidad enfrenta las consecuencias de su propio egoísmo y avaricia. Sin embargo, aquí nos enteramos de que el inicio de esa distopía se parece mucho a nuestro presente.

Aunque esta saga del guerrero de la carretera, junto con su nueva entrega sobre la insurgente Furiosa, siempre nos presenta un elemento esperanzador. Sus protagonistas encuentran un motivo noble, como vengar a su familia, ayudar a un grupo que solo busca sobrevivir o rescatar a las doncellas de un desquiciado líder autoritario, y terminan en situaciones que los hacen cuestionar si en realidad son tan buenos o solo buscan sus propios intereses que de manera colateral benefician a otros.

Lo interesante al tratar de juzgar a estos personajes a la luz de nuestro presente, es preguntarnos si en esa realidad nuestros valores aún seguirían teniendo sentido y validez. Recordemos que este universo lleva años en esta realidad donde la humanidad se ha reconfigurado en pequeñas tribus con líderes carismáticos o en comunas hippies. Tal vez encontraron nuevos sistemas de valores que les permitan sobrellevar su situación de una mejor manera, y ser moralinos ya no es opción.

El mundo árido de Mad Max paradójicamente siempre me recuerda a Mundo acuático (1995), donde una especia de hombre pez mutante tiene que salvar a una niña que podría ser la clave para regresar a tierra firme, con escenas de combate en una fortaleza flotante con vehículos modificados o improvisados que remiten a un pasado que seguramente fue muy similar al nuestro antes de que todo se fuera al demonio.

Ambos mundos nos muestran otro detalle que no deja de fascinarme: una realidad donde parecería que los pocos sobrevivientes ya aprendieron a sobrellevar su destino y dominan las técnicas necesarias para su sustento, como de dónde obtener comida, vehículos y cómo defenderse. Y tampoco dejo de imaginarme en ese universo, que siendo sinceros a veces me emociona verme viviendo ahí, aunque dudo que sobreviva un día como combatiente de la carretera o del mar.

Mi conclusión de Furiosa es la misma que en toda historia distópica: qué frustrante saber que el fin del mundo nunca es un final definitivo o que al menos está tardando mucho en llegar. Y vaya ironía siempre imaginar que ese cataclismo forzado al que invariablemente vamos no va a involucrar vehículos con estética dieselpunk, sino gente peleando en el súper por un puto frasco de mermelada y una botella de agua.

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William Turner M.

journalipster. exatec. gestor de #SocialMedia. profesional del cafecito social. #dualidadmágica. like a complete unknown, like a rolling stone.